Una expresión agonizante estremece al espectador, siendo para los pueblos originarios q’eqchi’ y poqomchi’ una imagen de profundo respeto y gran devoción. según las leyendas, se creía que, si el cristo de la agonía salía a las calles, llovería sin cesar; sin embargo, desde el año 2012, su procesión se organiza sin ninguna novedad. la tradición oral cuenta que, a principios del siglo XIX, dos cazadores encontraron al señor de la agonía en un lugar donde previamente habían avistado a dos tigres albinos. este descubrimiento los llenó de preocupación y decidieron informar al cacique francisco pop. este líder aportó los fondos necesarios para la construcción de una ermita pequeña, la cual, con el paso de los años, se amplió hasta adquirir la forma que conocemos hoy en día.